sábado, 1 de noviembre de 2014

Brindis #105

...entonces vivio con miedo la mitad de su vida, y su inmortalidad se vio afectada, fue tan vulnerable como una herida que nunca cicatrizo, su sentir del pasar de los dias era como un dedo en la yaga de su ego y eso era como despertar agonizando; sabran a lo que me refiero cuando ya no queda inspiracion alguna... pero detras de estas montañas que nos cubren casi como un puño cerrado se esconde otro sentimiento menos pesimista que este y solo entonces sera una razon mas para brindar que aun estamos respirando aunque el aire sea ajeno, permitan pues que mi trago calle este absurdo balbuseo, Salud!

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